SOBRE MI
Carol Magno
Comencé a interesarme por estas hermosas enseñanzas védicas, sumergiéndome en una búsqueda profunda de mi verdadero yo. Practicar yoga, sin duda, fue lo que más me despertó. Poco a poco, con mucha dedicación, me fui quitando las capas, las máscaras, los condicionamientos que no eran míos y todo lo que me alejaba de mi esencia, de mi ser.
El yoga nos lleva al estado de trascender nuestra propia mente, trascender el condicionamiento de la mente y conocer las cosas tal como son. Con el estado meditativo comencé a percibir la verdad, porque cuando la mente está en silencio y en calma, aparece esta percepción de la verdad. Aprendí a respetar “mi templo” (cuerpo), entendiendo que todo me provocaba una reacción.
Empecé a cuidar mi alimentación, mi estilo de vida, lo que veo y me volví más atenta. Entonces aprendí y entendí que la felicidad viene de adentro hacia afuera y no de afuera hacia adentro. Que no tenía sentido cuidar la belleza exterior cuando la interior era extraña, incompleta, sin vida.
Cuando reconecté con mi esencia, la felicidad llegó con todo y los factores externos comenzaron a entrar en la corriente. Así que me interesé cada vez más en el yoga y la medicina ayurvédica para poder compartir y ayudar a la gente a ver el placer que es SER.


La ciencia védica también se llama ciencia yóguica, ya que se basa en una cosmología especial, una comprensión única de la evolución cósmica de la vida que también encontramos en el universo del yoga. Uno complementa al otro. Practicar yoga fortalece e intensifica nuestra mente y espíritu.
Adquirí experiencia práctica en India, donde me dediqué a numerosas terapias de inmersión en el autoconocimiento, además de formarme en yoga, ayurveda, nutrición ayurvédica, panchakarma y nutrición.
Estos conocimientos y habilidades me califican para guiar a las personas en su viaje hacia un bienestar óptimo. Hoy, nutricionista ayurvédica e influyente en el bienestar, estoy comprometida a guiar a las personas hacia el autoconocimiento de una manera holística.
SOBRE MI
Carol Magno
Comencé a interesarme por estas hermosas enseñanzas védicas, sumergiéndome en una búsqueda profunda de mi verdadero yo. Practicar yoga, sin duda, fue lo que más me despertó. Poco a poco, con mucha dedicación, me fui quitando las capas, las máscaras, los condicionamientos que no eran míos y todo lo que me alejaba de mi esencia, de mi ser.
El yoga nos lleva al estado de trascender nuestra propia mente, trascender el condicionamiento de la mente y conocer las cosas tal como son. Con el estado meditativo comencé a percibir la verdad, porque cuando la mente está en silencio y en calma, aparece esta percepción de la verdad. Aprendí a respetar “mi templo” (cuerpo), entendiendo que todo me provocaba una reacción.
Empecé a cuidar mi alimentación, mi estilo de vida, lo que veo y me volví más atenta. Entonces aprendí y entendí que la felicidad viene de adentro hacia afuera y no de afuera hacia adentro. Que no tenía sentido cuidar la belleza exterior cuando la interior era extraña, incompleta, sin vida.
Cuando reconecté con mi esencia, la felicidad llegó con todo y los factores externos comenzaron a entrar en la corriente. Así que me interesé cada vez más en el yoga y la medicina ayurvédica para poder compartir y ayudar a la gente a ver el placer que es SER.
